Una noche estás en tu casa y repentinamente deseas releer L’Usage du monde, de Nicolas Bouvier. Tu viejo ejemplar ha desaparecido de tu biblioteca, perdido, regalado, llevado por el viento de la vida. Dos minutos más tarde, estás listo para presionar el fatídico botón de “Pedido en 1-clic” de Amazon. Sin embargo, en el fondo la mala conciencia te atormenta. ¿Por qué no comprarlo en una librería de verdad en vez de hacérselo enviar desde uno de esos abrumadores depósitos donde el gigante americano impone ritmos infernales a sus asalariados?
Tal vez no lo sepas, pero Amazon no es el único que vende en Amazon. Es más, librerías e incluso particulares por toda Francia venden libros por medio del sitio americano. Legalmente. Se conoce como marketplace (mercado de consumo) de Amazon, y representa 40% de las ventas totales del sitio; sin duda menos en lo que respecta a libros (la sociedad de Jeff Bezos no acostumbra comunicar sus cifras).
Siguiendo con el ejemplo de Usage du monde, de Bouvier, al buscar entre las numerosas ofertas en Amazon encontramos que la librería de Lille, Autour du monde, vende ejemplares nuevos en 11 euros. Es una librería “real” especializada en viajes y ubicada en una calle del centro. “Con Amazon, llego al planeta entero —explica el dueño, Gérard Valembois—. Vendo libros especializados que no vendo en mi tienda. Casi 60% de estas compras provienen del extranjero. Yo soy el que hace los paquetes y va al correo cada día.” Alrededor del mundo ha vendido ya más de diez mil libros y tarjetas vía Amazon en seis años.
Otra librería que ofrece el Nicolas Bouvier, siempre en 11 euros: Chemin faisant, en Aix-les-Bains. “No es algo que me guste —suspira su propietaria, Virginie Rigot, quien vende sobre todo libros de historia local muy especializados, hasta agotar existencias, y artículos de papelería—. Sin eso, habría meses en que no sobreviviría”. Al hacer un pedido en Amazon, algunos compradores “militantes” tratan de favorecer a las pequeñas librerías en detrimento del gigante americano.
Librerías y particulares seducidos por el marketplace
Sin embargo, hay desconfianza. En Amazon, ciertos nombres omnipresentes de librerías que florecen en Francia —Les libres du château, La Librairie du coin…— ocultan en realidad poderosas oficinas, cuya sede oficial está en Irlanda o en Texas, y no tienen nada de librerías clásicas. Una exmagistrada del Tribunal Fiscal, Laurence Engel, designada después presidenta de la Biblioteca Nacional de Francia, acaba de completar una misión para regular un poco esta jungla a través de un compromiso que debía firmar Amazon.
Evidentemente, para una librería vender en el marketplace de Amazon tiene un costo: una suscripción de 50 euros al mes y 15% de comisión por cada venta, además de ser considerado “traidor” entre sus colegas. “¡Es suicida! Sólo una minoría de las librerías francesas vende en Amazon —asegura Guillaume Husson, delegado general del Sindicato de la Librería Francesa—. La profesión dispone de toda suerte de plataformas en internet que permiten evitar Amazon.” Y responde Virginie Rigot: “También estoy en el sitio de Libraires en Rhône-Alpes, pero vendo 20 veces menos que en Amazon”.
El marketplace seduce incluso a los particulares, como Etienne, de 50 años. “En vez de revender mis libros a dos euros en ventas de garaje, me inscribí como vendedor en Amazon. Hay algunas formalidades de inscripción, pero nada complicado. Luego, uno registra sus libros en unos segundos y, al contrario de eBay, quedan en venta ilimitadamente. Si un libro se vende, se debe enviar por correo obligatoriamente en las 48 horas siguientes, lo que requiere un poco de organización. Después Amazon te deposita el dinero en tu cuenta bancaria, sin su 15% de comisión.
Ocasiones para revender
En volumen, estos particulares representan todavía una gota de agua en el océano de Amazon. En compensación, cada vez se encuentran más vendedores especializados o de “librerías de viejo” que intentan vender sus inventarios de obras de segunda mano, como lo harían en eBay. Así es como se puede hacer clic en Usage du monde a 6.45 euros, sin que ningún pobre empleado tenga necesidad de correr al otro extremo de un inmenso depósito de Amazon.
Traducción libre de Elizabeth González
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