La edición de Bibliopatía de hoy rescata varias noticias interesantes para el sector creativo mexicano y quienes en él intervienen: el diálogo para definir la Ley General de Cultura, el aumento de empleos en el sector y el reconocimiento por parte del INEGI del 2.8% que las industrias creativas aportaron al PIB en 2014; todo esto a pesar de no contar, en el ámbito nacional, con los apoyos, políticas públicas ni infraestructura ideal para darle el impulso necesario.

Durante mucho tiempo, quienes nos desempeñamos profesionalmente en el ámbito cultural nos hemos enfrentado a los prejuicios que ven la cultura como un lujo o una actividad que no aporta mucho económicamente hablando. Por fortuna, frases como “estudia algo que sí te dé de comer” o “eso es un hobby, no una profesión”, que exhiben el menosprecio que se tiene por la cultura, poco a poco van perdiendo fuerza ante los datos duros que prueban que la cultura y las artes hacen aportaciones significativas al crecimiento y desarrollo de un país.

Por esto, la definición de la Ley General de Cultura no debe tomarse a la ligera y deberían intervenir en ella expertos en economía y desarrollo social que estén abiertos a escuchar la voz experta de quienes trabajamos día a día en el sector: editores, autores, pintores, escultores, cinematógrafos, diseñadores y creativos en general. La Ley General de Cultura debe garantizar el acceso a la cultura a todos los ciudadanos y, además, asegurar a los creadores un ambiente en el que no se subestime su actividad y se planteen políticas públicas diseñadas para promover e impulsar el crecimiento del sector para que se reconozca como pilar fundamental de la sociedad.

En el Reino Unido, referente mundial en cuanto a industrias creativas, en el mismo año reportado por el INEGI (2014), el sector creció 10% en comparación con 2012 y alcanzó un valor de 17.4 billones de libras esterlinas, de acuerdo con cifras del propio gobierno, aportando 6% del PIB (hoy el 10%) < http://creativefinancenetwork.co.uk/from-the-financiers/edge-uk/ >. ¿Imaginan, con la diversidad cultural y talento creativo demostrado en nuestro país, el crecimiento que tendrían estas industrias en México con el impulso adecuado?

Sin duda, actualmente hay temas importantes que resolver en la agenda política de los principales líderes, pero no conviene seguir negando la importancia de la cultura en el desarrollo de un país y su vínculo con otros sectores, como la educación, la generación de empleos directos e indirectos e incluso con la seguridad pública si reconocemos que genera sensibilidad y valores como la empatía, la tolerancia y la aceptación de la diversidad.